martes, 11 de septiembre de 2012
Alborada
Vivir en ti
Vivir en ti
miércoles, 4 de enero de 2012
Infancia
La casa sosegada
la lluvia dulce
tras los rancios ventanales
tu calor de ovillo de lana
esa cama siempre húmeda
Ese amor tan cercano
la cocina grande
la despensa fragante
los baños al calor de la estufa
el rumor de tus rumores
la cálida luz derramada
La casa sosegada
el pasillo largo
las frías galerías
la avenida iluminada
los lentos coches
paraguas, relojes
mujeres presurosas
lánguidos ancianos
La casa sosegada
las buenas noches
los buenos días
los besos bajo las pesadas mantas,
el frío, el calor,
las tardes largas
los días húmedos
tu recuerdo…
…te quise tanto
¿Recuerdas…?(octubre, 2008)
Encuentro
no sueñes el encuentro, no
no sueñes la presencia
no sueñes el deseo
pues quizá no exista
no vivas de quizás,
no vivas de posibles
quédate aquí sentado
reposa tu angustia larga
respira tu anhelo inmenso
ya nada depende de ti
depón las armas…
recuéstate sobre la arena
con este sol de invierno…
que invita a ensoñar
que invita a convocar
su presencia crepitante entre tus manos…
pero… no sueñes, espera
tal vez el fruto llegue maduro
rodando cálidamente hacia ti por esta duna abajo
y sólo tengas que asirlo dulcemente en tus manos
sin esfuerzo
sin angustia
sin anhelo expectante…
simplemente…
acógelo en tu pecho…
y déjalo crecer
(diciembre, 2010)
Rencor
En esta cama lenta
Incansablemente libando
la ofrenda de tu vientre
tu fría entrega incita mi anhelo
y en el callado rumor de tu gemido
tras tus ojos cerrados al mundo
se va gestando en mi ausencia
la solitaria ceremonia del orgasmo.
(marzo, 2011)
Nevada
Me dejas en penumbra…
poco a poco, copo a copo
me cubre tu ausencia
el asfalto se tiñe de nieve ante mi vista
y el parabrisas se enreda
con el tierno celaje desprendido de las nubes
casi no veo nada, no quiero ver nada
todo en torno es blanco
blanco el silencio blanco
blanca la ruta que se extiende ante mí
como una íntima inmensidad
no puedo avanzar
hacia tu mundo vedado enteramente a mi anhelo
y me deslizo sin frenos
entre la lenta tempestad que nievas sobre el alma aterida
mi sueño es ya tan sólo
el hálito cálido que empaña por dentro
este torpe automóvil que avanza
sin ímpetu ni constancia hacia la nada
(enero, 2011)