miércoles, 18 de mayo de 2011

Promesa

Eres toda promesa en tu presencia
tendida a mi lado en un lecho pacífico…,

pero yo te velo inquieto en tu sueño,
tratando de llegar a ti,
romper en tu abrazo el pequeño dolor que nace en mí
mientras apremia la inminente despedida.

Tengo miedo de ti,
del poder que te otorgo
al brindarme desnudo en la pira de tu orgullo.

Es el temor del jirón de niebla jubiloso
que remonta el valle al alba
para acabar abrasado en el certero sol del mediodía…

Porque si tú me ves grande y acogedor en mi abrazo,
yo te siento a veces, pocas, vulnerable y dócil
y las más, poderosa y grave,
deidad altiva, incandescente,
erguida en tu alto trono de serenidad,
estrujando en tus manos una ilusión palpitante.


(Diciembre, revisado, mayo 2011;
leído en Diablos azules, 17, 5, 2011)