No sé muy bien qué he visto en ti
Quizás... Un cuerpo bonito y moreno
Unos pechos rotundos y firmes
tal vez más de lo que tu edad
Podría hacer pensar
Ese pequeño trasero, de curvas perfectas
Y tu pobre piernita dañada por un accidente
Enfundada siempre en una venda,
¿Qué habrá allí debajo?
Nunca quieres enseñármelo.
Al tercer día me tuviste toda la tarde
entre tu mesa y tu cama
Cálidamente envolviéndome con tu conversación
Contándome terribles secretos inconfesables
De maltratos, amores perdidos, trabajos,
ruinas familiares…
Pero no me tocaste ni un momento
Sólo dejabas que mi mano acariciara tu espalda y tu pelo
Que te hiciera masajes evitando tan sólo unos centímetros
Allí donde termina tu piernecita herida
Y empieza la hendidura de tu dulce pubis
Delicioso triángulo negro…
Que me muero por probar
Como los panaderos prueban el pan,
con la boca
diría Ángel González...
Al cuarto día te arrojaste
Gata lúbrica y espástica
Sobre mi pecho, mis labios y mi miembro
Me vi envuelto en un torbellino de besos
Manos, piernas, labios y esa larga cabellera negra...
Y brevemente apuntaste tu grupa hacia mí para que penetrara
Repentinamente entregada a un breve e intenso celo….
Pero pronto acabó todo.
Volvieron tus cigarrillos, tus bacardis con cocacola
Tus comentarios sobre la actualidad
Como si nada hubiera pasado
Tan sólo sentí quizás que tu alma descansaba en paz
de su sufrimiento
Unos minutos, unas horas tal vez
Te abrazaste a mí y dejaste…
Que por fin el sueño te venciera
Y ahora no quieres que me crea
Que esto se puede repetir
Dices que ese otro al que dejaste hace meses
Te hace caer en la tentación
El deseo es más fuerte que tu razón
Y este sábado, lo sé, lo sabes
Volverás a caer en su dulce tentación
él saldrá de allí con una nueva herida...
y tú más confusa que antes...
A mí me tienes…
Esperando el quinto día
Intentando evitar volver a llamarte casi todas las tardes
Aunque sé que la única manera de que vuelva a probarte
Será si lo haces
Por tu propio pie.