Estuve toda esa tarde de invierno
en el Metropolitan Museum
paseando junto al templo egipcio
bajo su enorme cámara acristalada
vi la nieve que al caer sobre el vidrio empañado
se acumulaba dulcemente
tiñendo la estancia de una suave luz crepuscular
Luego pasé a la estancia
donde estelas babilónicas
mostraban dioses alados
recogiendo rígidamente el codiciado fruto
Leí la transcripción de antiguas tablillas
en que morenas princesas dolientes
hace miles de años...
añoraban al amado junto a la acequia
al pie de la palmera,
resguardadas bajo su sombra
del desierto abrasador
Recordé entonces una noche del verano anterior...
del desierto abrasador
Recordé entonces una noche del verano anterior...
Kara me invitó a su estudio,
un enorme loft destartalado
Sobre la calle West Broadway
De los cafés subían las risas alcohólicas
de una cálida noche llena de sueños y promesas
Manhattan palpitaba lúbrica bajo la luna de agosto
Entre copas de vino me mostraste tus dibujos
en la última edición de vuestra revista
un rudo fanzine, crudamente urbano… casi como tú
arcaica y metropolitana a la vez
Al contraluz de la farola
a través del ventanal
contemplé de nuevo
tu largo pelo negro,
tus grandes ojos almendrados
tu hermosa y altiva nariz oriental
tu perfil hierático…
como las diosas asirias de los frescos
Felina y hermosa
te arrancaste la ropa de un zarpazo
y me invitaste a gustar
Al contraluz de la farola
a través del ventanal
contemplé de nuevo
tu largo pelo negro,
tus grandes ojos almendrados
tu hermosa y altiva nariz oriental
tu perfil hierático…
como las diosas asirias de los frescos
Felina y hermosa
te arrancaste la ropa de un zarpazo
y me invitaste a gustar
el recóndito pliegue de tu pubis
Con hambre de siglos probé
dulces libaciones de hidromiel
y tus gemidos espantaron de golpe
las garzas blancas del palmeral.
Con hambre de siglos probé
dulces libaciones de hidromiel
y tus gemidos espantaron de golpe
las garzas blancas del palmeral.