viernes, 12 de febrero de 2010

Como piedras rotas - Soho

noche de verano en el Soho... la cena en el café con toldo rojo de la esquina, con esa camarera rumana que se decía napolitana, pero tú sabías que no. Linguini frutti di mare ligeramente picantes, regados con dolcetto d'alba color granate sangre... el calor espeso, roto sólo a ratos por la brisa que venía, sabe Dios de dónde, del valle del Hudson o más allá... hasta que ganaban de nuevo las humedas ondas turbias del East River... Tenías la cara afilada y morena, eras asiria y montenegrina y dibujabas comics para un fanzine de Tribeca... no recuerdo mucho más, me llevaste arriba a tu loft de un sólo ambiente y te fuiste a duchar dejándome sentado en el sofá raído, junto al enorme ventanal sobre West Broadway y Spring y el toldo rojo aquel.... no recuerdo mucho te digo, de la calle subían las broken stones de Weller. Y luego... el futón aquel perdido en una explanada de parquet... la piel extrañamente áspera de tus largas piernas como muslos de Gustav Klimt, tu pelo negro ondulado vertido sobre tu frente, tus grandes ojos almendrados, tiernamente insondables... Llegaste con tu herida reciente de otro hombre ... de esos que no van a dejarla por ti, tratando de sentirte plena sobre ese futón, tras la cena, el vino, el calor los besos y la ducha, con esa amarga canción de fondo.. y yo allí entregado, libando tu diamante negro de delgada diosa asiria, la cabeza perdida entre tus infinitas piernas morenas y tu mente vagando, al otro lado del río, hacía esa casa presumiblemente acogedora donde a estas horas... habrían acostado ya a los niños.