martes, 25 de marzo de 2008

SOBRE EL TEJADO DE ZINC... DE NUEVO

























No sé muy bien qué he visto en ti
Quizás... Un cuerpo bonito y moreno
Unos pechos rotundos y firmes
tal vez más de lo que tu edad
Podría hacer pensar

Ese pequeño trasero, de curvas perfectas
Y tu pobre piernita dañada por un accidente
Enfundada siempre en una venda,
¿Qué habrá allí debajo?
Nunca quieres enseñármelo.



Al tercer día me tuviste toda la tarde
entre tu mesa y tu cama
Cálidamente envolviéndome con tu conversación
Contándome terribles secretos inconfesables
De maltratos, amores perdidos, trabajos,
ruinas familiares…

Pero no me tocaste ni un momento
Sólo dejabas que mi mano acariciara tu espalda y tu pelo
Que te hiciera masajes evitando tan sólo unos centímetros
Allí donde termina tu piernecita herida
Y empieza la hendidura de tu dulce pubis

Delicioso triángulo negro…
Que me muero por probar
Como los panaderos prueban el pan,
con la boca
diría Ángel González...

Al cuarto día te arrojaste
Gata lúbrica y espástica
Sobre mi pecho, mis labios y mi miembro

Me vi envuelto en un torbellino de besos
Manos, piernas, labios y esa larga cabellera negra...
Y brevemente apuntaste tu grupa hacia mí para que penetrara
Repentinamente entregada a un breve e intenso celo….


Pero pronto acabó todo.
Volvieron tus cigarrillos, tus bacardis con cocacola
Tus comentarios sobre la actualidad
Como si nada hubiera pasado

Tan sólo sentí quizás que tu alma descansaba en paz
de su sufrimiento
Unos minutos, unas horas tal vez
Te abrazaste a mí y dejaste…
Que por fin el sueño te venciera

Y ahora no quieres que me crea
Que esto se puede repetir
Dices que ese otro al que dejaste hace meses
Te hace caer en la tentación

El deseo es más fuerte que tu razón

Y este sábado, lo sé, lo sabes
Volverás a caer en su dulce tentación
él saldrá de allí con una nueva herida...
y tú más confusa que antes...


A mí me tienes…
Esperando el quinto día

Intentando evitar volver a llamarte casi todas las tardes

Aunque sé que la única manera de que vuelva a probarte
Será si lo haces
Por tu propio pie.

martes, 4 de marzo de 2008

NORTH COUNTRY GIRL FROM SEATTLE




















Isabelle's Garden", imagen cedida por la artista canadiense  Gale Franey



Well, if you're travelin' in the north country fair,

Where the winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.
She once was a true love of mine.

Please see for me if her hair hangs long,

If it rolls and flows all down her breast.
Please see for me if her hair hangs long,
That's the way I remember her best
 
BOB DYLAN


Se llamaba Lara… era esquiva como el rayo de luna que perseguía Bécquer en el bosque de la noche, que cuanto más se acercaba, más lejos viajaba su reflejo.

Sentados en el teatro del aquel High School de Seattle, mis amigos y yo veíamos entrar a Lara. Alardeaba de que su madre era hippy y ella había vivido hasta el años anterior en San Francisco.

Aparecía con su largo pelo rubio, sus grandes ojos verdes y felinos, alta y espigada, sus vaqueros ceñidos en torno a ese rotundo y estilizado trasero y una chaqueta de ante con flecos. Al entrar contoneándose como una orgullosa vaquera iba despidiendo ese inconfundible perfume de hembra altanera y narcisa… con fondo amargo. Los tacones de sus botas camperas resonaban desde lejos y el eco de su risa rompía contra las puertas metálicas del auditorio. Ya lo decía mi primo... Te queda grande, chaval. Pero yo nunca hacía caso de mi primo...

Para mí era como una ninfa escandinava salida del señor de los anillos, un comic gótico de guerreras fantásticas o una canción de Led Zeppelin, como esa chica que venía de California “with love in her eyes and flowers in her hair”… como un retazo tardío y fragante de la moribunda Norteamérica de los sesenta.

Sólo una vez besé sus labios, mientras ella oprimía su cintura contra la mía.. para darme celos con otro, más que nada. Fue en esa primavera del 85, contra el tronco de uno de esos enormes abetos del parque… y al revolcarnos en la hierba, destrozamos los poemas escogidos de William Blake.

Otras noches, yo le leía la carta del Jefe Sealth o el On the Road the Kerouack y ella decía que me quería, que un día me llamaría y nos pasearíamos por las carreteras de la costa en un viejo mustang rojo y haríamos el amor como siempre habíamos soñado, en un delirio de porros y whisky, sobre la fresca hierba, en la noche estrellada, bajo la gran montaña sagrada de los indios… escuchando Stairway to Heaven, una vez más…

Pero era sólo un cuento que ella me contaba con esos grandes ojos, y sus labios, cerca... demasiado cerca de mi oído, una bonita historia de inflamados amores imposibles que Dylan convirtió en canción veinte años antes

¿Te acuerdas... Lara Federlein, o Lara Pederson o  Lara in the Sky with Diamonds...?

....

Tú, ángel rubio de la noche,
ahora, mientras el sol descansa en las montañas, enciende
tu brillante tea de amor

WILLIAM BLAKE